Las fotografías
de esta
exposición
son el resultado
de la residencia
de Mireya
Masó en
el Elephant
Nature Park,
de Tailandia.
Se trata de un
centro de protección
para
elefantes que
han sufrido las
consecuencias
del abuso
explotador del
hombre, pero
también de un
lugar en el que se investigan nuevas formas de relación más respetuosas
con estos animales y con el entorno en el que viven.
El título, Elephant’s Heaven, es el nombre de la selva donde llevan
a los elefantes del campamento donde ella residió, dejándolos
temporalmente en libertad para que se alimenten y se recuperen
de las dietas humanas. Los relatos que durante esas
noches selváticas escucho de la tribu karen explican algunas de
las cualidades humanas de este animal, su gran inteligencia y
comportamiento afectivo. La creencia karen sobre el origen de
los elefantes cuenta cómo una mujer se transforma, tras desobedecer
al marido comiéndose una hoja de bambú prohibida,
hasta que engorda tanto que después de dejar sin provisiones a
su gente se ve obligada a trabajar acarreando troncos para costear
su inmensa necesidad de alimento. El ritual de la selva y la
creencia karen ejemplifican las dos caras que Mireya Masó estudia
en esta ocasión sobre la proyección humana en los animales.
Desde una mirada atenta a los pequeños detalles de sus rasgos,
su comportamiento y los elementos de su entorno, la exposición
configura un retrato psicológico, aproximando el tema de los elefantes
al de la condición humana. El huérfano, la ciega o el sin
colmillo son algunos de los personajes de sus obras.
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