En las series de Juan de Sande una mirada dramática nos conduce
a algo desconocido, sea una arquitectura o un paisaje
exento de presencia humana. Una creación de mundos alternativos,
en ocasiones de una teatralidad semejante a la fotografía
alemana de las primeras décadas del siglo XX, que tiene en
Brend y Hilla Becher su máximo referente, por su encuadre y
racionalidad. Siguiendo esa línea que ellos propugnaban, por la
que la fotografía se convirtió en escultura, las imágenes de De
Sande, dominadas por la frontalidad, también nos hablan de una
noción tan pictórica como el retrato. Con gran dominio de la técnica
digital, las fotografías en las que lleva trabajando los últimos
años son el resultado de la evolución de una misma idea: fragmentación
del sujeto retratado (un edificio, un paisaje/naturaleza,
un bodegón) de entrada, y proceso de unificación/reconstrucción
de salida, la imagen final. En la serie en la que ahora se
ocupa, Naturaleza de noche, consigue la fragmentación iluminando
los elementos del cuadro, desde diferentes ángulos y con
diversas fuentes de luz autónomas durante horas, en total oscuridad.
En 2005 fue galardonado en el concurso de fotografía
Purificación García, y en 2006, con el premio de fotografía Villa
de Madrid (Kaulak).
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