Ladro a los perros. Por eso el pequeño perro de una de mis fotografías
salta en el aire. Mucha gente pregunta por ello; pues
bien, le ladré. Él saltó. Le ladré. Él saltó… Un día, caminando por
una calle de Kyoto tras una señora que paseaba con un perro
que parecía interesante, ladré sólo para ver qué ocurría.
Inmediatamente, ella se giró y golpeó con el pie a su desconcertado
perro. Supongo que teníamos el mismo tipo de ladrido.
Mi primera foto sobre perros publicada fue tomada en 1946. No
recuerdo las circunstancias ni lo que tenía en mente.
Probablemente nada en especial. El perro parecía divertido.
Revisando mis hojas de contactos me daba cuenta de que aparecían
con frecuencia perros. Así empezó este negocio. Uno de
los primeros trabajos sobre el tema fue para un artículo de moda
sobre zapatos de mujeres en The New York Times. Decidí fotografiarlos
desde su punto de vista porque los perros ven más
zapatos que nadie. Las imágenes de perros funcionan en dos
niveles. Son graciosos en ciertas situaciones, por eso a algunas
personas les gustan mis fotos, sólo porque les gustan los perros.
Sin embargo, los perros poseen cualidades humanas, y por eso
mismo creo que mis imágenes tienen un atractivo antropomórfico.
Básicamente, no tienen nada que ver con perros… Quiero
decir, espero que de lo que traten sea de la condición humana.
Aunque la gente puede interpretarlas como quiera.
(Fragmentos de texto) E.E. |