El festival Burning Man
de Arizona, una mina de
azufre de Java, un
cementerio de barcos en
Bangladesh, los transexuales,
algún asilo con
enfermos de Alzheimer,
el pueblo saharaui,
Palestina, Darfur o
Afganistán. Es sólo una
muestra de los temas
más populares en los
concursos de foto documental.
Pero eso sólo lo
sabe el jurado, no los
participantes.
...
Son flujos globales, que
se deben a la contaminación
que los medios provocan en las ansias creativas de los
fotógrafos. Debido a su reiteración, nos despiertan la consabida
fatiga emocional; pero, por otro lado, se hace necesario repetirlos
hasta la saciedad, ya que en el momento en que se deja de
fotografiar, escribir o filmar, es como si el conflicto cesara.
...
Hoy en día, el safari fotográfico social es el sustituto de aquel
viaje a Kenia en los setenta, donde los aguerridos turistas de
altos vuelos cambiaron el fusil por la cámara. La versión económica
y más ecológica para demostrar que habían estado al lado
de la bestia. Ahora todos queremos demostrar que hemos estado
cerca del conflicto, arriesgando nuestras vidas. En un afán
por ser una estrella del rock de la fotografía, se va a lugares
remotos, nos infiltramos en la vida de desconocidos y la desgranamos
en imágenes que se van a publicar en medios que los
protagonistas nunca llegarán a ver.
El noventa por ciento de lo que se recibe en los concursos son
temas marginales, dramáticos; se fotografía a sectores de
población de clase baja o inexistente, indefensos ante la sociedad.
Nos resulta más sencillo robarle la imagen íntima a un ser
marginal que a un miembro de la clase alta. Y uno se ve irremediablemente
abocado a tratar esos temas, a veces por puro
interés estético.
...
(Párrafos de texto de la revista Ojodepez #18). F. K.
Centro Cultural Las Claras. Murcia.
Miércoles 9 de febrero. 20,15 h.
Entrada libre hasta completar el aforo