“Herejías” es una prospectiva, más que una retrospectiva. Su horizonte no es el pasado, sino el futuro. Tampoco se trata de una simple exposición, sino de un dispositivo: cierto conjunto heterogéneo de discursos, instalaciones, rasgos, hechos y procedimientos materiales y simbólicos que, más que exhibir un corpus, nos confronta con todo aquello que Pedro Meyer ha mirado a lo largo de su vida, redistribuyéndolo y convocándonos a observar lo una y otra vez, siempre de nuevo. Meyer tampoco es un fotógrafo y artista común: es un emprendedor, un provocador y un educador, facetas que se refuerzan recíprocamente aún más de lo que se contradicen. Pedro considera este gran proyecto como el testamento de su largo recorrido personal y creativo.
El total de su obra suma más de trescientas mil fotografías. En 2003, fue invitado a montar una retrospectiva en el Centro de la Imagen de la ciudad de México.Debía seleccionar sólo un centenar de obras.Pero Pedro deseaba mostrar todo lo que durante tantos años había dejado en reserva y se propuso resolver el problema que ello le planteaba.
Su experiencia con ZoneZero, su página web donde alberga a más de mil fotógrafos y se ha convertido en una de los portales más visitados del mundo de la fotografía, le llevó a estructurar su retrospectiva como una gran base de datos que se manifestaría en el espacio físico a través de la exhibición de imágenes impresas en formatos medios y grandes, acompañadas por el libro, que durante tantos años había quedado pendiente de editar.
Esto le sugirió sumar al Centro de la Imagen las sesenta y cinco sedes que, en todo el mundo, exhiben al unísono sus propias opciones de la elección realizada por veinte curadores del enorme archivo informático. De dicha selección -no más de de un millar de imágenes-, se expondrán en fotoencuentros cuarenta y cinco fotografías.
La exposición se articula en torno a tres géneros en los que ha ahondado a lo largo de su dilatada carrera:el autorretrato, el fotoperiodismo y su vertiente más poética, como poeta de la luz. “Herejías” no es la recopilación final de una larga trayectoria creadora. Su tiempo no es el de una historia que muestra verdad pasada, sino el de la promesa de un entendimiento siempre por venir.