Carlos Pérez Siquier merece que se le conozca sólo como fotógrafo.
Fotógrafo sin más. Pero la historia nos recuerda repetidamente
su papel decisivo en la promoción y en la evolución de la fotografía
española de la segunda mitad del siglo XX. En 1956 fue cofundador
de la revista AFAL (Asociación Fotográfica de Almería), auténtica
transmisora de ideas de la joven fotografía española. Orquestó
la promoción de esos fotógrafos en el extranjero. En los 70 llevó a
cabo una de las labores de selección más arriesgadas de la edición
fotográfica en España: los anuarios Everfoto. Cuando en los años
50 estaba de moda la fotografía pictorialista, Pérez Siquier fotografiaba
tercamente a los personajes anónimos del barrio de la
Chanca. Cuando a comienzos de los 60 estaba de moda el instante
decisivo y las composiciones diagramáticas a lo Cartier-Bresson,
Pérez Siquier luchaba contra el estilo y buscaba una mirada natural
en sus imágenes. En los 70, cuando ya se había impuesto el realismo
social en las agrupaciones fotográficas y había que hacer una
revolución subjetiva fuera de ellas, él proclamaba la superioridad
del objeto. Ahora que los artistas fotógrafos desarrollan proyectos
conceptuales cercanos a la instalación y a la escultura, Pérez
Siquier insiste en que no hay que añadir más objetos al mundo, que
el mundo está lleno de ellos, en cantidad y hermosura.
(Fragmento de texto) Laura Terré |