La crisis es global, panóptica y
vertebral porque se ha puesto
en cuestión la confianza en el
único paradigma de acuerdo
universal: el valor del dinero.
La certeza de una crisis del
sistema no coyuntural sino profunda
con un largo período de
recuperación, ha cambiado en
poco tiempo la percepción
colectiva de la realidad. En
cada cambio de ciclo económico,
aun siendo menos devastadores
que el actual, el mundo
del arte se ha propuesto reflexionar para modificar su status de
mero producto mercantil. Hoy vuelve a evidenciarse el fracaso y
la reflexión está de nuevo en el punto de partida, pero ahora se
enfrenta a un escenario diferente; un mundo multilateralmente
desconcertado y repleto de basura física y virtual.