fotoencuentros llega a su séptima edición, en la que, con las premisas que ya hemos consolidado
en estos siete años, abordamos un asunto que creemos de importancia cardinal
para el presente y el futuro de la humanidad: nos referimos a los animales: ¿cómo son,
cómo los vemos? Parece evidente que el ser humano como especie dominante ha adoptado
desde el principio de los tiempos, o al menos desde que ostenta la supremacía como
depredador, una actitud de sometimiento y explotación del resto de seres vivos. Quizá porque
el mandato biológico y su instinto genético de supervivencia y de conservación como
especie así se lo ha demandado. Ha aprovechado a los animales útiles como alimento,
como fuerza de trabajo, como organismos vivos de experimentación, …, como recursos
para sobrevivir, en definitiva. En el resto de los casos los ha exterminado, o reducido a
poblaciones testimoniales, por la amenaza que suponían para cada individuo o por su competencia
por los recursos naturales. Pero en realidad no solamente no podríamos vivir sin
ellos, sino que además los amamos y los tememos. ¿Tienen derecho a la existencia y a un
trato digno?
Intentar arrojar luz sobre estos asuntos es lo que nos ha llevado a seleccionar las obras de
esta séptima edición de fotoencuentros. Naturalmente, nuestra programación, en su línea
habitual de compromiso con el arte y la reflexión profunda, va más allá de aquellos trabajos
que ven la naturaleza de forma idílica o acrítica, o que sencillamente tienen como fin la exaltación
de ésta o una visión exclusivamente catastrofista, así como los que usan un enfoque
naturalista. Los trabajos que aquí proponemos son visiones de autor, personales y comprometidas
tanto en lo artístico como en lo ético y conceptual. Así, hemos programado catorce
exposiciones de fotografía (ocho en la sección oficial y seis en la de galerías). “Perros, perros”,
de Elliott Erwitt, que con ternura, ironía y humor construye una visión de los canes y de la relación
con sus dueños en la sociedad contemporánea. “Contranatura”, de Cristóbal Hara, nos
ofrece una singular lectura de los animales que llamamos domésticos en la sociedad rural
española. En “Básicamente”, Claudia Rodríguez Borja construye una personalísima geografía
ética y plástica sobre ciertos insectos y sobre las trampas que les ponemos. Luis Castelo
bucea en los museos de historia natural y nos enseña cadáveres de animales que pasaron a
engrosar sus vitrinas en forma de muestras en su “Historiae naturalis: taxidermias”. En su“Ánima”, Fernando Maquieira retrata las momias, también de los museos de historia natural,
pero de forma muy diferente: les hace retratos, mirándolas a los ojos. Este año proponemos
una exposición colectiva, y es que nos parece que la ocasión es propicia. Al fin y al cabo, casi
todos los fotógrafos han tomado en alguna ocasión imágenes de animales o en las que aparecen
animales. La muestra “Reflejo animal”, comisariada por Pepe Font de Mora por encargo
del festival, es una selección de la colección Fundación Fotocolectania de fotógrafos españoles
y portugueses que realizaron sus fotos desde los años 50 hasta la actualidad. Entre los
22 fotógrafos elegidos para esta muestra hay autores tan relevantes como Masats, Cualladó,
Fontcuberta, García Rodero, García-Alix, Pérez Siquier, Caramés, Miserachs, Trillo, Castro
Prieto, Madoz, … “Zoo’Z-Autorretratos”, de Lola Montserrat, nos propone una mirada afectiva
y humanista de los animales que viven en los zoos. En su exposición “Elephant’s Heaven”
Mireya Masó nos acerca también con humanidad y afecto a la cotidianeidad de elefantes que
se recuperan en una reserva en Tailandia de su maltrato por parte de los humanos.Y ya en
la sección galerías tenemos a Juan de Sande, con “Desde las primeras horas de una noche
muy oscura”, una singular y enigmática propuesta de la noche en el paisaje natural; al mítico
maestro francés Lucien Clergue, que fue gran amigo de Picasso, con su muestra “Picasso,
animal pictórico”; el trabajo conceptual y reivindicativo de Eduardo Cortils “Mil especies en
vías de extinción sobre fondo de golondrinas”; la exposición “Selva, S.A.”, de Juan Ramón
Puyol, con su plástico análisis de la forma animal; a Pedro López Esparza, con “Piel de ballena”,
donde ha conseguido fotografiar casi en contacto físico esos mapas que se dibujan en la
piel de las ballenas grises, esos míticos animales que afortunadamente ahora tienen cierto
grado de protección, y, por fin, “Así me lo han contado”, de Ciuco Gutiérrez, que trabaja escenografías
creadas a partir de aquellos objetos que fabricamos con formas animales.
Como novedad, en esta edición incorporamos a la sección oficial dos videoproyecciones
monocanal permanentes. Una de Mireya Masó en la que se proyectan tres obras de temática
animal y otra de Alberto García-Alix en la que se puede ver su trilogía “Tres vídeos tristes”.
En el ciclo de cine que por tercer año consecutivo organizamos con la Filmoteca Regional
se proyectarán seis películas de extraordinario interés, cinco de ellas relacionadas con la
temática animal que proponemos en esta edición, y un insólito documental muy relacionado
con la fotografía: “La niebla en las palmeras”.
Hay también dos mesas redondas, tres conferencias-proyección, una proyección de los trabajos
de cinco videoartistas seleccionados por Nekane Aramburu y dos presentaciones de
sendos libros que publicamos en esta séptima edición: “Básicamente”, de Claudia Rodríguez
Borja, ganador del concurso Los libros únicos en 2005 y “Lo que importa es el ojo #1. Murcia
vista en cinco años de fotomaratón, 2002-2006”, con una selección de imágenes de la ciudad
tomadas por los participantes en el fotomaratón en esas cinco convocatorias.
Los talleres impartidos por Luis Castelo, Lola Montserrat, Ciuco Gutiérrez y Manolo Laguillo
formarán a los que se inscriban en distintas vertientes de la técnica y teoría de la fotografía.
Convocamos la tercera edición del concurso y exposición Los libros únicos, que dobla la
cuantía de sus premios. La edición del catálogo fotoencuentros 07 completa las publicaciones
del festival. Y anímense a participar en el fotomaratón Lo que importa es el ojo, no
solamente porque tienen la posibilidad de hacer ese viaje excepcional entre cactus y ballenas
a la maravillosa península de Baja California, en México, sino porque también les asegura
pasar un día divertido y ver algunas cosas de forma diferente.
P.S. |